Adoro esa risa. Si, esa risa suena tanto a vida que es imposible que pase desapercibida. Capaz de parar el tiempo y hacer como si todo a mi alrededor se detuviera de verdad. Tiene que ser mágica, sino no me lo explico.
Y es que tienes ese don de alegrarme la vida. De convertir un lunes en un sábado. Y de hacer que empezar la semana se convierta en la aventura más fascinante del mundo.
Para que nos vamos a engañar, te adoro a tu en todas tus formas de vida. Hasta cuando menos te reconozco, con esos cambios de humor capaces de hacer estallar una bomba.
Porque todo, lo bueno y lo malo, es el resultado de la persona más maravillosa que he tenido el placer de conocer
A esta vida sólo le pido que tu risa no deje de resonar en mis oídos con ese eco que tanto te caracteriza.
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