Seeguidoreeees

Contador*

lunes, 27 de marzo de 2017

Van a ser dos años del pequeño caos lleno de deslices y yo todavía no puedo salir de ese lugar. Tampoco sé si quiero salir o mejor dicho si lo sé no quiero salir. No me interesa, no estoy feliz ni comida en este lugar. Tampoco me hace bien, ni siquiera se porque me quiero quedar ahí estancada. Simplemente me nace quedarme ahí y no hacer nada para correrme. Mi única razón (si así se puede decir) es él. Él el maldito caos que me revolucionó, él en todos sus estados. Enojado, triste, feliz, angustiado. Él escuchando mis mambos, él contándome los suyos, él haciéndome reír, el haciéndome llorar, él doliendo, el sonriendo, llorando, peleando. Creo que ya se porque no me voy. No me voy porque genero eso. Todas esas sensaciones en mi cuerpo por primera vez. Y yo lo veo y no me cabe ninguna duda que prefiero mi vida entera metida en ese caos con él antes que vivir en paz sin él. Suena masoquista pero es lo que genera en mi. No lo puedo evitar. Cuando lo vi por primera vez sabía (y todavía lo se) que nada bueno iba a surgir de nosotros, que nos íbamos a arruinar, pero tampoco quería perderme la oportunidad de arruinarme con él. Y lo hice, y fue lindo por momentos, horrible en ciertas ocasiones. Pero si estaba con él viviendolo ¿a mi que me importaba?. Si peleábamos pero después venían las mejores reconciliaciones. Si cuando estaba enojada y me miraba y ya lo necesitaba conmigo. Porque nosotros, este caos del que hablo valió la pena. No estamos juntos (muy a mi pesar), pero nos quisimos. Y me tiene porque le pertenezco desde antes de conocerlo. Porque son dos años de que mi alma se encontró con lo más lindo del mundo. Y por eso, solo por eso me quedo sola en el caos, esperándolo.

2 años de él.

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