Perdón si he exigido mucho de ti, tal vez demasiado, que haya querido que tu corazón palpitara fuera de tiempo, como yo hago con el mio; pero yo soy una desequilibrada del amor y tú no, ahora lo se y se también que por eso me gustas así, porque eres como la brisa suave de una noche tranquila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario