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miércoles, 18 de abril de 2018

Yo lo quería a él, él era mi salvación, era la persona con la que estaba segura de querer pasarme el resto de mi vida juntos.
Pero era tóxico, era dañino, era también mi perdición. 
Él era como un vidrio roto, demasiado filoso, peligroso; y el vidrio roto corta, lastima, y deja una cicatriz que no se borra.
Y eso fue exactamente lo que me pasó con él; a pesar del daño que me hizo, nunca pude olvidarlo, nunca se borró la cicatriz que él dejo en mi.
Él era un vidrio roto, mi vidrio roto. Y yo solo era un pedazo de piel frágil que pasó por encima de él, rozándolo muy cerca, y me corte profundamente, pero aquella cicatriz no es de esas que quedan en la piel, la que él me causó quedó en mi memoria y en mi corazón, allí no corría sangre, allí caían lágrimas.
Me hizo mierda, pero lo quise joder, como lo quise.

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